El 24 de noviembre inauguró Historia de dos mundos: Arte experimental latinoamericano en diálogo con la colección del MMK, 1944 –1989, que se presentará en las instalaciones del MMK desde el 25 de noviembre de 2017 hasta el 2 de abril de 2018, y en el Moderno entre julio y octubre de 2018.
La exhibición, curada conjuntamente por la directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires Victoria Noorthoorn, el curador senior del Moderno Javier Villa y por el curador del MMK Klaus Görner, pondrá las obras maestras de la colección de Frankfurt en un diálogo profundo con las principales obras del arte latinoamericano. Incluye 500 obras de arte de colecciones privadas y públicas realizadas por cien artistas y colectivos de América Latina, Estados Unidos y Europa.
Historia de dos mundos establece un diálogo entre dos narrativas del arte contemporáneo occidental a lo largo de cinco décadas, que van desde los años cuarenta hasta los ochenta del siglo XX: las obras canónicas de Europa y Estados Unidos, representadas en la colección del MMK, frente al arte experimental latinoamericano. La exposición está estructurada como una serie de conversaciones entrelazadas, en la que temas relevantes para la historia de las prácticas del arte experimental de Latinoamérica se presentan en diálogo con obras provenientes de la colección del MMK. Este proyecto ha sido conceptualizado y curado durante el último año y medio entre dos ciudades –Buenos Aires y Frankfurt– y conformará una de las exhibiciones de mayor envergadura realizada en ambos museos. El proyecto tiene una fuerte impronta del sur y por primera vez, en este caso, un museo europeo abre su colección para ser revisitada por curadores latinoamericanos. El proyecto responde a una convocatoria del Kulturstiftung des Bundes (Fundación de Cultura de la Federación Alemana) orientada a los principales museos de Alemania para dotar a sus colecciones de una perspectiva más global.
La exposición presenta la gran agitación del arte contemporáneo latinoamericano que comenzó en la década de 1940 y generó una interminable corriente de experimentación. La vanguardia que implicó tuvo lugar en numerosas ciudades de la región. En ciudades como Buenos Aires, Montevideo, Sao Paulo, Río de Janeiro, Caracas y México DF, entre otras, la aparición de la vanguardia tuvo como consecuencia no sólo un cambio en la manera de pensar los artistas su papel en la sociedad, sino también el potencial del arte para transformarla, como respuesta a contextos reales que, la mayoría de las veces, estaban desgarrados por tensiones y conflictos. Por lo tanto, Una historia de dos mundos pretende también suscitar un debate sobre las reacciones de los artistas ante sus diferentes contextos sociopolíticos. El turbulento pasado político de Latinoamérica —décadas de crisis económicas, colonialismo, dictaduras, abuso de poder, discriminación racial y censura— les ha proporcionado a sus grandes artistas una plataforma de reacción y una fuerza para articular sus visiones del mundo. Esa historia problemática, así como la larga tradición artística de aprender a vivir con ella, han dado como resultado un arte político maduro e inteligente que no confunde gestos o afirmaciones políticamente cargadas con el arte genuino.
Una historia de dos mundos propone un cambio en la lectura de los discursos europeos y norteamericanos sobre el arte latinoamericano. Al incorporar una perspectiva sureña en una colección canónica de arte europeo y estadounidense que se centra en los años 1960 y 1970, la exposición pretende mostrar la importancia de las prácticas desarrolladas en suelo latinoamericano durante gran parte del siglo XX, así como su relevancia histórica y contemporánea. Lejos de ser enciclopédica, la exposición ha elegido abrir esta conversación a través de las preguntas y los debates que plantean obras específicas de la colección del MMK y explorarlas desde un punto de vista en el que cada obra se vuelve un pretexto para contar una historia del arte, cuya vastedad y complejidad aún se desconoce en gran medida. Como tal, proporciona ejemplos históricos específicos de un diálogo continuo y de largo alcance entre dos mundos.